* «Mi esposo le dijo al P. Faustino: ‘Ayuda a mi esposa, ella es catequista en el colegio. Dale una mano, que no se vaya’. La Madre Patricia lloró con ellos y ella le dijo que iban a rezar la novena al P. Faustino. Entonces mi marido regresó al hospital para despedirse de mí, pero justo en ese momento los resultados de mis análisis habían mejorado lo suficiente para que me pudieran operar… No hay explicación de mi curación porque los médicos no hicieron nada por que mi coagulación cambiara. Los médicos se dieron cuenta de que había habido algo extraordinario porque ya no iba a morir, pero seguí grave tres meses más»
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 2 meses